Los Hermanos Pertusio: Los mejores queseros artesanos de Roero - Una historia de excelencia italiana

Cuéntenos cómo se originó el "Pastori del Roero" y también sobre su actividad.

Nuestra aventura en la elaboración de quesos comenzó casi por accidente hace unos 10 años. En 2020, dejamos el mundo de los deportes ecuestres y nos dedicamos a tiempo completo a nuestras cabras y al queso. La elección vino impulsada por el creciente aprecio y la constante demanda de nuestros productos.
Los visitantes pueden pasar unas horas tranquilas pero curiosas en el corazón de nuestro entorno. Pueden pasear con las cabras por prados y bosques, ordeñarlas y aprender a convertir la leche en queso. La experiencia concluye con una rica degustación de quesos maridados con vinos, miel, frutas y verduras de temporada, todo ello producido localmente.
 

¿Qué papel desempeñan las colinas del Roero en su producción y cómo influye el paisaje local en sus quesos?

Nacimos y crecimos entre estas colinas llenas de recuerdos inolvidables. Uno de los momentos más emocionantes ocurrió hace cuatro años, cuando trasladamos nuestros animales de un establo tradicional a un bosque. Verlos pastar "en libertad", por así decirlo, no tuvo precio. Creemos que los animales producen leche de mejor calidad cuando están contentos.
Mi hermano y yo somos el vínculo entre la naturaleza y el cliente final. Nos inspiramos en los olores y colores que respiramos y vivimos cada día. Nuestro objetivo es envasar estas sensaciones en la leche y transmitirlas a través de nuestros quesos.
Nuestra conexión con el territorio de Roero es esencial para nuestro trabajo. La inmensa biodiversidad de estas colinas es la clave para producir quesos únicos en el mundo por sus sabores y olores.
 

Su producción sigue rigurosamente los ciclos naturales. ¿Cómo concilian tradición e innovación en su producción y cuáles son los principales retos a los que se enfrentan?

Tradición e innovación conviven perfectamente en nuestro trabajo. La innovación está representada por ofrecer al mercado un producto extremadamente tradicional, elaborado con procesos y métodos de cría que ahora son poco comunes.
Los principales retos a los que nos enfrentamos proceden de la propia naturaleza: el clima tiene un efecto significativo en la cantidad de leche que producimos.
 

Si tuviera que describir su filosofía en tres palabras, ¿cuáles serían?

Diálogo, pasión, respeto.

¿Puede describir sus procesos de elaboración del queso y qué producto representa mejor a su empresa?

Nuestros quesos sólo contienen tres ingredientes: leche, cuajo vegetal y sal. Seguimos formas de elaboración tan antiguas como la historia del queso. El cuarto ingrediente, sin embargo, es el tiempo: nunca apresuramos la maduración de nuestros productos.
Nuestro producto lácteo por excelencia es la "Robiola del Roero".
 

¿En qué se diferencia su leche de la de la ganadería intensiva?

La propia transformación de la leche: la leche tarda tres días en convertirse en queso. Gracias a la acidificación natural, potenciamos todos los olores de los pastos. A diferencia de la ganadería intensiva, nuestros animales cambian de alimentación casi todos los días, lo que significa que el olor de la leche y del queso cambia constantemente.
 

¿Cómo dan a conocer a los clientes la singularidad de sus productos y qué importancia tiene la colaboración con otras realidades locales?

Contamos nuestra historia colaborando con los estudiantes de la universidad Slow Food, que traducen y enriquecen los recorridos por nuestra granja.
La colaboración con las empresas locales es esencial para difundir nuestras ideas y nuestros productos. Creemos que es vital comunicar que la unicidad de nuestros quesos proviene de sus vínculos inseparables con la tierra donde se producen.
 

¿Ha tenido momentos especiales o encuentros con clientes que le hayan dejado un recuerdo imborrable?

En muchas ocasiones. Una en particular es la de una familia americana a la que le gustó tanto la visita y la degustación que pidieron quedarse con nosotros y ayudar con los animales. Con las tareas, las charlas, las pacas de heno, el vino y el queso, nos convertimos en una gran familia, como solía ser en las granjas de antaño. Ese día nos dijimos: ¡misión cumplida!

Transmitir nuestra pasión es nuestro principal objetivo.
 

Han creado experiencias únicas para sus visitantes, como catas en pastizales y en un refugio de montaña "ciabot". ¿Cuál es la reacción más habitual de los participantes?

La absoluta originalidad de nuestras experiencias evoca una agradable sorpresa en nuestros visitantes. Para muchos, ver a los animales seguirnos y dejarse acariciar y mimar es como entrar en un mundo de cuento de hadas, a un millón de kilómetros de su vida cotidiana.
 

¿Cuáles son sus expectativas para el futuro de su empresa y del turismo experiencial en Roero?

Cada vez más explotaciones se orientan hacia un modo de producción basado en el respeto de la naturaleza.

Creemos que el turismo experiencial puede ser un éxito para las pequeñas explotaciones y también para las grandes. Es un tipo de turismo consciente que entra de puntillas en un ecosistema auténtico.

Nuestro sueño es que la explotación siga creciendo respetando nuestras ideas y principios, y que lo mismo ocurra en todo Roero. Todos debemos mantenernos firmes frente a los llamamientos de la comercialización y preservar nuestra inestimable autenticidad.