Desde majestuosos acantilados hasta antiguas salinas: tres experiencias culinarias enraizadas en las tradiciones de la cocina italiana

Un faro solitario pero imponente, encaramado en lo alto de un acantilado, donde el tiempo parece haberse detenido y el horizonte se extiende como la proa de una embarcación navegando hacia el infinito. El faro Punta Imperatore, en la isla de Ischia, es el escenario de una de las experiencias culinarias más evocadoras del Mediterráneo: una cena en el restaurante Lucì. Comienza con un cóctel en la terraza panorámica y luego déjate llevar por una cena entre muros antiguos impregnados de historia, en un viaje fantástico a través de los sabores más auténticos de la isla, elaborados con maestría por el chef Antonio Monti. Sus deliciosos platos, rebosantes de pescado local y productos cultivados en huertos junto al mar, narran historias de tradición, delicadeza y creatividad. Un lugar asombroso que conquista paso a paso mientras se ascienden los 155 escalones hasta el faro. 

¿Quieres conocer aún más el espíritu salvaje de Ischia? No te pierdas nuestro artículo dedicado a su corazón indómito.

En el corazón del Chianti Classico, la familia Pruneti cultiva desde hace cuatro generaciones una visión que une prácticas agrícolas sostenibles, excelencia en la elaboración del aceite de oliva y un talento para la originalidad botánica.

Sus cuatro aceites de oliva extra virgen ecológicos, premiados por Slow Food, Gambero Rosso y World Olive Oil, capturan los ricos y variados matices del paisaje toscano, gracias a una cuidadosa selección de cultivares (variedades típicas de olivos) y meticulosos métodos de producción.

Enclavados entre los olivares florecen también campos de lirios —la flor emblemática de Florencia— que son el alma de tres elegantes y aromáticos licores artesanales.

Una visita al molino Pruneti es una experiencia que incluye el emocionante Gioco dell’Olio (el Juego del Aceite): una cata sensorial e interactiva que permite descubrir el extraordinario mundo del aceite de oliva extra virgen. En primavera, los recorridos entre los campos de lirios ofrecen la oportunidad única para descubrir una de las facetas más poéticas de la campiña toscana.

¿Alguna vez has imaginado cenar entre salinas junto al mar, mientras el atardecer tiñe el paisaje marino y terrestre de tonos rosados, anaranjados y dorados? Sicilia puede convertir ese sueño en realidad.

Estas salinas fueron un hervidero de actividad desde la época fenicia y romana, y hoy en día permiten que la historia, la buena mesa y la cálida hospitalidad vayan de la mano. Antiguos centros estratégicos para el comercio y la conservación de alimentos, ahora ofrecen un escenario único para aperitivos al atardecer, cenas gourmet, momentos de bienestar y recorridos sensoriales dedicados a los distintos tipos de sal marina, guiados por apasionados expertos.

Aquí, no todas las sales son iguales: aprenderás a distinguir sus distintos sabores, texturas y orígenes. Incluso los sedimentos de las salinas tienen un nuevo uso sostenible, continuando una tradición ancestral que proporciona armonía entre la naturaleza y el paso del tiempo.

Una experiencia que despierta todos los sentidos e invita a redescubrir la belleza del Mediterráneo en su forma más pura y auténtica.