Bocados, sorbos y exquisiteces

Desentrañar el encantador reino de la gastronomía italiana, de los vinos y licores

Tonno Vitellato, Chef Antonino Cannavacciuolo © Villa Crespi

Italia acoge un nuevo restaurante con tres estrellas Michelin: Villa Crespi del chef Antonino Cannavacciuolo.


El restaurante de Villa Crespi, propiedad del aclamado chef Antonino Cannavacciuolo, nacido en Campania, ha sido galardonado con las prestigiosas tres estrellas Michelin, que lo sitúan entre los mejores del mundo. La cocina aúna las tradiciones culinarias de Campania y Piamonte en un viaje de sabores, en el que se exhiben ingredientes exquisitos y vinos finos.

Conseguir tres estrellas Michelin es un hito extraordinario. El primer chef italiano en lograrlo fue Gualtiero Marchesi en 1986, con su restaurante de Milán, y al día de hoy sólo hay 12 restaurantes en Italia que ostenten este logro (descúbralos aquí).

Chef Antonino Cannavacciuolo © Villa Crespi

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Slow Food: preservar la biodiversidad y las tradiciones del mundo


El sector alimentario desempeña un papel importante en términos de conservación y sostenibilidad, no sólo en nuestro país sino en todo el mundo. Para sensibilizar sobre este tema, Slow Food nació en Bra (Piamonte) como un importante movimiento cultural internacional. Fue creado en 1986 por el gastrónomo Carlo Petrini, que sigue siendo el presidente de la organización.

La asociación agrupa a más de 160 países y fue concebida en respuesta a la propagación de la comida rápida, la comida basura y los hábitos frenéticos de la vida moderna. Apoya la biodiversidad y el derecho de los pueblos a la soberanía alimentaria, oponiéndose a la estandarización de sabores, la agricultura masiva y la manipulación genética. Su objetivo es aumentar el interés de la gente por la comida, centrándose en la sostenibilidad (evitando el uso de OMG, por ejemplo) y respetando la estacionalidad de los ingredientes. Slow Food también se ocupa del redescubrimiento de alimentos olvidados, potenciando las tradiciones locales y los conocimientos ancestrales conservados en distintos territorios. El objetivo final es garantizar que todo el mundo tenga acceso a alimentos "buenos, limpios y justos" que puedan salvaguardar la tierra, a los productores y a los consumidores.

Para apoyar estos objetivos, Slow Food ha puesto en marcha varios proyectos, como el Banco de vinos, una iniciativa única que pretende promover las excelencias del vino italiano en Italia y en el extranjero a través de numerosas iniciativas educativas, informativas y promocionales. También han creado los comités Slow Food, un catálogo virtual nacido de la necesidad de salvaguardar la biodiversidad alimentaria mediante la cartografía de los productos en peligro de extinción (algunos ejemplos son el ajo histórico de Caraglio, la alcachofa blanca de Pertosa, la cebolla roja de Acquaviva y el jarabe de rosas), y trabajan para preservar las técnicas de producción y los oficios tradicionales.

Los comités se ocupan también de acoger, conocer y evaluar a los restaurantes que solicitan convertirse en restaurantes Slow Food, compartiendo la misma filosofía del proyecto.

Osterie d'Italia by Slow Food

He aquí algunos restaurantes donde saborear los productos de los Comités Slow Food:

En Piamonte, en la Osteria del Boccondivino de Bra, encontrará la Robiola di Roccaverano, el único queso de cabra histórico de Italia. Siguiendo hacia la costa, en Liguria, en A Viassa, en Dolceacqua, tendrá el placer de degustar las tres variedades de judías de Badalucco, Conio y Pigna, cultivadas en municipios con suelos sueltos y bien drenados y agua de manantial, rica en minerales. Para los amantes de la carne, una visita a Toscana no estaría completa sin probar la famosa ternera Chianina o Maremmana en el restaurante Il Grillo è Buoncantore de Chiusi, o el Culatello di Zibello estacionado durante 36 meses en la Osteria Bottega de Bolonia, Emilia Romaña. Y por último, en Pozzuoli, Campania, en el Restorante Abraxas, podrá descubrir los antiguos tomates napolitanos conocidos como Papaccella.

 

También puede explorar otros restaurantes con la práctica guía Osterie d'Italia!

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Vermouth y Casa Martini: un viaje de 160 años en el tiempo


Nombre que suena extranjero para un producto que en realidad es totalmente italiano, el vermouth es un vino fortificado originario de Turín (Piamonte) en 1786. Fue creado por Antonio Benedetto Carpano, un destilador y herborista que, mezclando vino Moscato con hierbas aromáticas y especias, inventó la fórmula que sigue utilizando la categoría de productos Vermouth.

En 1863, Alessandro Martini, un empresario ilustrado, y Luigi Rossi, la mente creativa cuyas fragancias botánicas fastidiaban el olfato de los transeúntes en la Via Dora Grossa de Turín, crearon el vermouth que alcanzaría el éxito internacional: MARTINI® Rosso. La receta de su mezcla se guarda celosamente bajo llave y sólo la conocen los maestros mezcladores de octava generación, Ivano y Beppe, a través del sabor y el aroma.

Hay varias experiencias de inmersión disponibles para participar y profundizar en la historia y la cultura del Vermouth, entre ellas:

-Visita a las históricas instalaciones de producción de vermouth en la campiña de Pessione (Turín) con degustaciones y talleres.

-Clase de Mixología MARTINI en la Terraza Martini de Milán, celebrando el ritual del aperitivo y la preparación de cócteles bajo la guía de expertos barmans.

-Cena multisensorial en el bistró Martini Room de Milán. 

-Recorrido histórico del vermouth en la ciudad de Turín (Piamonte).

-Experiencia: crea tu propio vermouth eligiendo ingredientes y aromas para formular tu propia receta secreta (disponible en diferentes ciudades).